Junto a capilla baptisterio
Recuerda que puedes descargarte este archivo siempre y cuando estés registrado.Como les venía diciendo, este templo, como cualquier otra edificación, no ha sido siempre igual. Al fin y al cabo, los edificios, como las montañas, son seres inanimados, pero vivos a la vez. Me explico, al igual que los seres humanos, cambian, evolucionan con el paso de los años, se van adaptando a las modas, sufren enfermedades y deterioros y también se someten a operaciones de cirugía. Sí, como lo oyen, de forma involuntaria, pero tienen sus “retoques”.
Esta iglesia, sin ir más lejos, tal y como la ven hoy, es el producto de un proceso de restauración, llevado a cabo recientemente. No, no piensen mal. Lo que se ha hecho es básicamente devolverle su esencia y realzar el poso, el significado, adquirido durante años.
Por ejemplo, el retablo plateresco dedicado a los patronos de la iglesia, los Santos Niños Justo y Pastor, hasta hace no mucho, quedaba diluido tras una gruesa capa de polvo y suciedad, acrecentada por diversos repintes.
Otro elemento rescatado del olvido y de la cal son las pinturas murales. Las que ven aquí al lado, en las que se distinguen retazos de un sol, una luna y nubes, signos asociados a la figura de la Crucifixión, y las que aparecen en el tabique de entrada a la sacristía. Una cruz rojiza, sobre fondo blanco, rodeada de adornos florales, posiblemente azucenas, el emblema de la Virgen.
Como ven y, como les decía al principio, en este pequeño rincón de la Montaña Palentina, confluyen siglos de historia que ahora, les invito a seguir disfrutando en solitario, como los antiguos eremitas...