Yanguas - Capilla del Santo Cristo de la iglesia de Santa María

La capilla barroca del Santo Cristo comenzó a levantarse en 1724, con el trabajo y las donaciones de los vecinos de la Villa y Tierra de Yanguas y el dinero que aportaron los emigrantes naturales de allí, de la mano del maestro cantero Francisco Pontón y el carmelita Fray José de los Santos, que hizo la traza de la capilla. Se abrió al culto doce años después, aunque hasta 1756 no se colocó la reja. Fue pintada y dorada en 1766 por el maestro José Calleja. 

La capilla estaba gravemente deteriorada, tanto en la decoración de la cúpula, como en el retablo y la reja que la cierra, como consecuencia del abandono y la humedad por las filtraciones desde la cubierta. Esto afectó a la policromía y se perdieron algunos elementos decorativos.
La limpieza del retablo, enormemente laboriosa, ha destapado el oro aplicado, de extraordinaria calidad. La técnica de dorado juega con dos efectos, bruñido y mate, éste último con incisiones que forman dibujos, cuyo contraste resulta ahora espectacular. 
Los trabajos han recuperado también la cúpula y sus yeserías policromadas. Se han consolidado los yesos afectados por la humedad, que había penetrado en la linterna de la cúpula, y se han reproducido los motivos que se habían perdido y eran iguales a otros que aún se conservan. Además, se han sellado las grietas y otros desperfectos en las paredes del interior de la cúpula.
Después se ha reintegrado la policromía tanto en la cúpula como en el retablo. Los restauradores han eliminado también los barnices oxidados y la suciedad del Cristo, con un sistema no agresivo que ha respetado su aspecto. 
Además, se han saneado los muros y se han limpiado las telas que los cubrían desde el siglo XIX antes de colocarlas de nuevo, dado que forman parte de la personalidad de la capilla.
La intervención ha llevado una nueva acometida de luz desde el pueblo hasta la iglesia, que garantiza la potencia necesaria para iluminar la capilla de modo que se aprecie su valor artístico, ya que la iglesia no contaba con potencia suficiente para ello.